martes, 15 de octubre de 2013

 “Seis peces azules es un libro de aromas que huele a países lejanos”
DAVID TEJERA, EL EX DE LA PRINCESA LETIZIA, GANA EL PREMIO ATENEO DE SEVILLA
Ganó el Premio Ateneo Joven de Sevilla con menos de 35 años y casi una década después ha vuelto a lograr ese mismo galardón en su edición ”senior” con la novela “Seis peces Azules”. David Tejera ha trabajado  y dado la cara en los informativos de Antena 3, Tele5, Cuatro y CNN Plus, y también es pública, aunque no demasiado notoria, la relación sentimental que mantuvo con Letizia Ortiz antes de que esta se convirtiese en Princesa de España.

¿Vuelves a llevarte el  Ateneo de Sevilla cual asesino que regresa al  lugar del crimen?
Más o menos. Es un lugar donde aprecian como escribo. Cuando acabé “Seis peces azules” podía tomar varios caminos, y el primero que tenía a la vista era volver a enviarlo al Ateneo de Sevilla. Lo envié y encantado. Igual que con “La senda de los locos”, estoy  contento de que valoren esta novela que llevo ocho años escribiendo.

¿Y sin ser sevillano?
Sin ser sevillano. Soy un tipo bastante poco disciplinado, y el libro está cocinado a fuego lento. Es la novela de mi vida y esos personajes, me han acompañado en todo tipo de vicisitudes personales, han sido mis compañeros  de viaje y me cuesta soltarlos.

¿Es un libro de aventuras?
Es un libro de aventuras, un libro de búsquedas que salta de país en país, que lleva a los personajes a la India, Siberia, Angola, Ámsterdam…Me gusta decir que es un libro de aromas, que huele a lugares lejanos, pero también es muy íntimo e intenta profundizar en el fondo de cada  personaje. Es un libro de paisajes ambientales y paisajes humanos. Hay búsquedas,  tesoros, piedras preciosas, sorpresas, intriga... Es un libro  que te hace soñar, que te lleva fuera de tu realidad más cercana, un libro con tres tramas que se van entrecruzando aunque por momentos parece que no tuvieran mucho que ver. Todos los personajes están conectados. Es un libro escrito con el corazón, muy emotivo y muy pegado siempre a lo humano, sobre la aventura de vivir y la persecución implacable de la felicidad en unos tiempos como los que nos han tocado vivir

¿Todos esos paisajes los has recorrido?
La mayoría los he conocido, en la mayoría de los lugares de los que hablo he estado, en otros no. Tampoco me hace falta. Nuestro mundo del día a día es un mundo chiquitito, comparado con lo ancho que es el otro. Por eso cuando alguien nos cuenta una historia de un lugar lejano nos atrae tanto, porque es una forma de abrirnos las puertas del mundo. Mi libro intenta abrir un poco el horizonte de nuestro día a día. Me apetecía escribir una historia que nos llevara lejos y nos hiciera soñar, volar, tener la sensación de haber estado en otros lugares, en otras culturas

¿De paso rompes con tu imagen  pública de busto parlante televisivo?
En los lugares donde he trabajado presentando noticias, los bustos parlantes no están bien considerados, es una  figura más bien de una televisión sobrada de recursos donde se pueden permitir el lujo de tener a un tipo contando noticias sin saber nada de lo que  está hablando. Por suerte para mí antes que busto parlante soy periodista, y casi todo lo que decía lo había escrito y procesado yo. Nunca he dejado de ser periodista y he hecho absolutamente de todo y me considero implicado absolutamente en todo: política, deportes, sociedad, y siempre implicándome mucho. Durante los doce años que he estado en CNN Plus me enganché absolutamente a todo porque soy adicto a la información y con un punto de vista bastante renacentista.

El Renacentismo no está muy en boga en una profesión de despidos masivos. Ahora muchos buscan camino en la literatura…
Creo que somos la segunda más golpeada por la crisis. Es un drama con nombres y apellidos y algún día tendrán que pagar- ojala que si- la salvajada que han hecho con este país,  la forma en la que lo han dinamitado y en la que  se han cargado el futuro de un montón de gente .Lo malo de la literatura no es que no haya para todos, es que  los que se dedican a ella no pueden sobrevivir muy holgadamente

¿Qué  trascendieran a la opinión pública tus relaciones con la Princesa Letizia te han perjudicado o beneficiado?
Mi relación con Letizia es bastante conocida, y en absoluto hay que negarla,  pero no sé si me ha perjudicado o me ha beneficiado. En  mi situación profesional ni lo uno ni lo otro. Lo que tengo o dejo de tener, el respeto que pueda haberme ganado me lo he ganado  antes y después de esa relación. No creo que le deba nada de lo que soy.

¿Te han ofrecido pasta por contarla con pelos y señales en algún plató o revista?
Si, por supuesto. Es bastante automático que uno tenga una relación con alguien de esa  trascendencia pública y acto seguido llegue algún tanteo  u oferta. Lo que ocurre es que algunos medios de este país tienen más miedo a preguntar que yo a responder, y me parece que una oferta concreta y real, más allá de un tanteo, se la pensarían mucho. Creo que hay demasiado temor en todo lo que rodea a determinados personajes de la vida pública. Se está perdiendo un poco, pero no hay barra libre. Si la hubiera  nos íbamos a divertir. El temor se mantiene. Tiene que pasar un tiempo y hemos de madurar como país y como ciudadanos para poder escuchar ciertas verdades. Algunos no están preparados para  difundirlas y otros no están preparados para aceptarlas.

¿Preferiste quedar como un señor, elegante a la par que discreto?
Yo con Letizia tenía tres opciones: una era adularla, caer en el piropo fácil y  mentir; la segunda contar la verdad y quedar como un rencoroso que no se resigna a lo que le ha ocurrido, y la tercera dejar que cada persona llegue a sus propias conclusiones  de quién  es cada cual en esta historia y cómo actuó cada uno. Yo opté por la tercera vía.

¿Qué era la más elegante?
No sé si la más elegante o la más inteligente, pero sí la única que me dejaban para poder vivir tranquilo y  que no me hagan la vida imposible.

¿Te acosaron?
Bueno, digamos que algún recadito ya me mandaron. Tampoco nada del otro mundo, todo dentro de lo previsible.
JR GARCIA BERTOLIN

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