jueves, 3 de marzo de 2011

EN LOS BASUREROS

En los basureros de mi barrio cada vez es más fácil encontrar cintas de vídeo arrojadas como basura superada por la historia y ya definitivamente inservible. Cintas de VHS de las que nos desprendemos después de haberlas guardado durante un tiempo prudencial en las estanterías y armarios confiando en que pudiesen tener una segunda vida, pero no. Ni siquiera está claro que todo ese material de desecho tenga algún interés para los escarbadores de la economía residual que buscan entre los despojos de una sociedad en crisis aquellos objetos por los que puedan darles algo vendiéndolos a peso en la chatarrería



No parece ser el caso de todas esas películas entre las que hay infames largometrajes y lúbricas cintas porno, pero tambien muchos títulos interesantes, grandes éxitos que sin duda siguen reeditándose en nuevos formatos, pero que nada valen ya como vídeo de uso deméstico, entre otras cosas porque los reproductores, las máquinas que les daban vida , que les hacían cobrar movimiento y contar, mostrar sus contenidos e imágenes, han dejado de funcionar y también han ido a parar a los basurerors de la historia. Bien es verdad que, en este caso sí, pueden ser susceptibles de alguna clase de reciclaje menor, secundario y ecologícamente marginal.



Morbosamente detenido ante uno de esos contenedores donde la basura rebasa cada fin de semana, es imposible no repasar los títulos,las cintas VHSn esparcidas por el suelo, de las que alguno de mis vecinos se ha desprendido con más o menos pena. Y que no me pregunten qué extraña asociaciación establece mi cabecita loca para que en ese momento compare las las películas caídas con Mubarak, a Gadafi, Ben Ali, incluso a su sucesor Ghanuchi, que también son despojos arrojados al basurero de la historia después de dejar de ser "útiles" a su manera al sistema, al equilibrio de bloques, a la multipolaridad internacional, al festín energético occidental, de que la máquina que les ponía en movimiento, que proyectaba su película de terror y miseria, haya dejado definitvamente de funcionar. El problema es que en este caso , a diferencia de las cintas y los reproductores de videos, que han dado paso al reproductor de DVD, al grabador de DVD, al blu ray.., no está claro que haya irrumpido ningún sistema sustitutorio que vaya a funcionar eficazmente como una de esas democracias formales tan imperfectas, y de las que tanto nos quejamos quienes las disfrutamos, después de conquistar la libertad. A diferencia de las cintas VHS, esa basura huele mal.

A ver si la recogen pronto.