miércoles, 11 de abril de 2012

“Este país necesita más alegría literaria”

“El best seller va a matar la literatura”
LA INMORTALIDAD SEGÚN MANUEL VILAS
La novela “los inmortales”, del poeta y escritor aragonés Manuel Vilas, se ha convertido en una de las primeras agradables sorpresas literarias de 2012. Vilas se reconoce y reivindica como hijo del pop, que integra en una sorprendente historia, llena de humor y carga ideológica, por la que desfilan iconos tan universales como Picasso, Juan Pablo II, Dante o Cervantes.
-¿Eso de que eres el escritor con más peligro de España es bueno o malo?
Es profundamente bueno, en el sentido de que peligro en literatura no significa que te vaya a atracar o a morder el escritor, sino que intenta traer aire fresco y renovar.

-¿La elección de inmortales la has hecho por afinidad o por amistades peligrosas?
Me interesaban las iconografías duras, los referentes universales, y por eso salen Hitler y Stalin que todo el mundo sabe quienes son, porque condensan toda la energía histórica. En la novela anterior, “Aire nuestro”, utilice a Elvis Presley como gran icono del pop, porque es incuestionable. En esta aparece más Johnny Cash, que es más desconocido pero sin embargo se ha vuelto transgeneracional y ahora me encuentro a chavales fascinados con el mundo torturado y expresionista de Cash. Me interesa más la cultura pop que cualquier otra, porque ha sido la mía y he crecido con ella, con la música pop, y no reniego de esa formación sino que la integro en mi literatura. Creo que es bueno hacerlo. Los referentes de la cultura que parecen en mi novela son referentes universales: Picasso, Cervantes, Dante , y también hay referentes de la religión como Juan Pablo II o Teresa de Calcuta

-Convertida en Mother T
(Risas). La novela es muy pop, muy Andy Warhol, muy warholiana. Cuando sale Stalin sale como Warhol pinta Mao. Los personajes a veces parecen sacados de una película de Tarantino y hablan como ellos. También sale Juan Carlos I, mucho

-Y Bárbara rey…
Sí, también sale Bárbara Rey, pero eso vamos a dejarlo. Aparece aquello que constituye nuestro presente histórico y nuestra colectividad. A mi me interesa la cultura occidental, que es lo que nos ha constituido. Hay un momento en la novela donde se dice que la vida privada es una fantasía más del capitalismo, y esa poética quiere decir que cuando creemos estar al margen del la historia en nuestro ámbito personal, nos enamoramos, tenemos una familia.., todo eso es lo que el capitalismo te deja que construyas como ficción de tu vida personal. Pienso que no hay nadie que pueda escaparse de todo el sistema de alienación general que estamos viviendo. Eso no significa que no tengamos derecho a ser felices, que lo tenemos, y mis personajes intentan ser felices pese a todo lo que les rodea.

-¿Son felices porque son inmortales?
Son felices porque aman muchísimo la vida. La idea de la inmortalidad es una estrategia para reivindicar la vida. Son enormemente vitalistas, y la inmortalidad surge porque no quieren morir. En la motivación de esta novela está la idea de rebelarme contrala muerte, que es indeseable, un fracaso de la experiencia humana. Debemos reivindicar la longevidad, vivir más, al menos como deseo, como utopia. No sé si en el año 22000, que es cuando comienza la novela, se habrá erradicado la muerte. pero vemos que hay una evolución histórica imparable, que en estos últimos 50 años hemos asistido a unos descubrimientos tecnológicos verdaderamente desafiantes. Aunque los científicos hablen de 140, yo creo que el ser humano puede llegar a vivir 200 años. La idea de la longevidad como conocimiento, capacidad de vivir muchas vidas, como capacidad de acumulación de experiencia, de inteligencia, me parece que es el no va más de la evolución.

Como Houellebeck también te conviertes en personaje y hablas de tus novelas en tu novela
Los dos empleamos la autoficción, que es simplemente la entrada del escritor en la ficción novelística que está construyendo. Es un fenómeno de nuestro tiempo, un síntoma de algo. El mismo nombre del escritor sirve para que se adueñe de la ficción. Es un juego de perspectivas con el lector que tiene algo de lúdico

-¿Camuflar la carga ideológica no significa que no exista?
Mi novela es profundamente política e ideológica. Creo que la novela ha de tener un sustrato político, porque somos seres sociales y colectivos, nadie vive sólo. Una novela que refleje nuestra colectividad tendrá que serlo necesariamente, aunque la política aparentemente no aparezca explícitamente para nada, pero implícitamente siempre está.

¿Corman, el último comunista, gustará a los penúltimos comunistas de 2012?
Creo que si. Mi personaje, Corman Martínez, que es el último comunista al que se le aparece Stalin, es un recordatorio de que si bien el marxismo como teoría política está desactivado, acabado, como teoría filosófica y crítica del capitalismo sigue estando vigente. Lo que pasa es que ese recordatorio que hago de esa vigencia del marxismo como filosofía capaz de criticar al capitalismo, lo hago desde tonos pops y humorísticos.

-¿Una obra sorprendente y fresca frente a tanta novela histórica e historia trillada?
Este país necesita más alegría literaria. Somos 47 millones de habitantes y nos podemos permitir e lujo de que haya mucho y de todo, pero no sé si está dispuesto a admitir una gran variedad literaria como hay una gran variedad de marcas de cervezas o de ginebra. Quiero tener la esperanza de que sí, de que literariamente admita todo tipo de propuestas. El best seller va a matar a la literatura, porque la arrincona, porque no es literatura. Un autor de best seller parece que es un escritor de verdad, pero es un comerciante

¿No te conformas con convertirte en un escritor de culto?
Para nada, en absoluto. Quiero tener cien mil lectores, pero lectores literarios. Espero que este país dé lectores literarios. Porque significará que hemos dado un salto evolutivo en la especie. El caso de Javier Marías o de Roberto bolaños, que son escritores ultra literarios y tiene miles de lectores, es esperanzador.
JR GARCIA BERTOLIN

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