miércoles, 11 de abril de 2012

BUEN ROLLLITO EN EL PURGATORIO TELEVISIVO

¡Qué buen rollito¡ En “Número Uno” no caben cabrones como ese Risto Mejide, asesino de ilusiones, puteador de aspirantes a estrella, no, en el nuevo concurso de Antena 3 todo es de color, desde el modelo de la presentadora sobreactuada Paula Vázquez, Igartiburu de las privadas, hasta Ana , la de Mecano, que va vestida “To-(R)-Roja” y pasada de botox en esa misión de jurado que es amigo, coleguilla, consejero, donde le acompañan un Bosé de llanto fácil y asomos seniles, Natalia Jiménez , el incombustible Sergio Dalma, y Bustamante, triunfito triunfador, que sabe lo que es pasar por un chou-concurso para hacerse famoso y que te despedacen los de Sálvame.

Metidos como estamos en un purgatorio televisivo que cada día se parece más al infierno, este nuevo espacio estrella por un lado navega a contracorriente en poderío de medios: 500 espectadores en plató, despliegue de producción para seleccionar candidatos entre miles de españoles que tienen o creen tener talento, ritmo, buena voz, dotes para ser “Número 1”, cinco “consagrados” en nómina ejerciendo de jurados y seleccionadores… y, por otro, no deja de ser un refrito de “Operación Triunfo” pero sin academia, enseñando menos el proceso de selección y preparación de temas, pocas oportunidades de que los descartados desparramen y ,eso sí, con bastante más música y un nivel aceptable de calidad de los participantes. De “Número uno” saldrá algún talento que perdurará en el tiempo dentro del convulso y arruinado panorama músical Carne de descarga en Internet.

Existiendo como existe una línea divisoria televisiva- además de la que cada uno particularmente tiene- que separa la dignidad de la indignidad, es justo decir que “Número Uno” no es , al menos, un programa indigno, un espacio donde haya mucho de lo que avergonzarse. En su primera entrega, esta nuevo descendiente del ya antiquísimo “Lluvia de estrellas” logró alcanzar una cuota de audiencia del 21%, que es muchísimo en tiempos de fraccionamiento TDT. Pero que nadie se haga ilusiones- ni siquiera Sergio Dalma-: nada indica que su éxito vaya a marcar un regreso de los programas musicales, y no me refiero a espacios como “Tu si que vales”, con esa búsqueda de lo exótico, del titiriterismo, el esperpento y la rareza, aunque en la primera criba se hayan colado una niña que, a falta de Ortodoncia, versiona con gusto a los Beatles, un abuelo cantante de 72 años, una soprano con hechuras de Montserrat Caballé o un andrógino de voz privilegiada. Biodiversidad en pos del estrellato.

Es posible que en próximas entregas los responsables del nuevo programa/concurso musical afinen algunos detalles o continúen añadiendo ingredientes como el de que un cantante de éxito, como Pablo Alborán el día del estreno, además de cantar tenga la oportunidad de salvar a un concursante. Igual se les ocurre poner una plataforma /agujero por la que desaparezcan los descartados, como en el “Ahora caigo” que presenta Arturo Valls.

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