miércoles, 11 de abril de 2012

EL AMARILLO LAVA MÁS BLANCO

Hay muchas cadenas, generalistas y de las otras, pero sólo una promete al espectador la recuperación del verdadero espíritu de la Semana Santa, sólo Canal 13, que viste de amarillo papal y vaticano, anuncia recogimiento, espiritualidad, pasión, muerte y resurrección. Puestos a prometer, también promete recuperar “el buen gusto por la tele”, y para ello anuncia-¡Vaya semanita!-venga y venga retransmisión de procesiones, desde Málaga a Valladolid, pasando por Tordesillas, y liturgias varias, dentro de esa programación que dice respetar a todos pero ,sobre todo, “cree en los que creen”. Sus películas, a menudo bélicas y llenas de personajes muy poco cristianos, son tan antiguas que merecerían una prueba del carbono catorce para datarlas adecuadamente, pero al mismo tiempo es un canal moderno y lleno de ideas frescas. Para demostrarlo abre un concurso invitando a la audiencia a que envíe mensajes de felicitación a su santidad Benedicto XVI, que cumple años el día 16, y el que resulte agraciado obtendrá como premio-cómo no- ¡un viaje a Roma!

Nada que objetar a esta nueva alternativa televisiva confesional que en el primer domingo de abril se marca una TV movie protagonizada por el anterior Papa, el polaco Karol, al que presentan como una suerte de superhéroe que lo mismo luchaba contra el nazismo que contra el comunismo. Pura vida ejemplar y de santo. Y es que esta nueva cadena donde lo amarillo es más que amarillismo pregona la defensa de los valores humanos, de la dignidad, de la pluralidad, pero al mismo tiempo no se corta en rescatar a la lamentable periodista Nieves Herrero, cuya actuación profesional tras el triple crimen de Alcácer (¿quién dijo aquello de sabremos perdonar pero no olvidar?) marcó un antes y un después, tristísimo, imborrable, en la deriva de la televisión en España hacia vergüenza, la bazofia y la pura mierda. También ha sacado del baúl de los recuerdos a ese vasquito tan buen chico, Ramón García, que bajo el amparo de la Santa Sede tal vez se atreva a lucir, como hacía antaño entre campanadas, su españolísima capa, y ha repescado a nuestra muy valenciana Inés Ballester tras su tránsito-comparsa por Cine de barrio.

Dice ser un televisión abierta, plural y limpia que en su proclama y declaración de principios echa mano de aquello tan manido del “humanismo cristiano”, que lo mismo sirve para cinco rotos que para media docena de descosidos televisivos, pero sus informativos desprenden un persistente tufo a naftalina y son mayormente escorados y tendenciosos, cocinados al punto y al gusto de una iglesia oficial que tira a Rouco Varela y a reaccionaria. A pesar de todo, será difícil que me resista a recalar en Canal 13 de cuando en cuando, en busca de viejos títulos que ya nadie más que ellos, tan humanos y tan cristianos, parecen dispuestos a emitir. Os imagináis volver a encontrarse con “Molokai, la isla maldita” , con el Padre Damian y sus leprosos, alguna cinta de milagros cojonudos como el Fátima o el de Lourdes, o incluso con “Marcelino pan y vino”. ¡Eso si que sería Semana Santa!

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