martes, 26 de enero de 2010

20 AÑOS DE PRIVADAS

En la democracia española, e imagino que en todas, hay muchas cosas que no han sido como parecía que iban a ser, como las habíamos soñado. Es el caso de las televisiones privadas, que ayer cumplieron veinte años, los que han transcurrido desde el primer día de emisión de Antena 3, y la verdad es que no hay mucho que celebrar, que el papel jugado por esas cadenas ha sido el de hacer negocio y ganar audiencia a cualquier precio. Su aportación a la cultura, a la ciencia, a la convicencia, a la libertad, a la pluralidad, a la calidad ..ha sido más bien parca, y su deriva por los caminos de la telebasura, la banalidad, la insoportable levedad del entretenimiento más vacío, un hecho incontestable. Tenemos motivos para sentirnos engañados.

No es casual que ese veinte aniversario coincida con la consolidación de la televisión pública estatal, TVE, ahora sin publicidad, como líder absoluta de la televisión en España, como la cadena que tiene los informativos más vistos,premiados y plurales, como la única que programa un poco de cultura y mantiene su vocación de servicio público. Algunos la daban por muerta y aspiraban a quedarse con su trozo del pastel, pero paradógicamente se ha convertido para muchos en el único refugio televisivo, aparte de los canales temáticos.

Las privadas se fusionan para sobrevivir, aunque sean matrimonios de total conveniencia, uniones que parecían imposibles entre LA Sexta y Antena 3, entre Cuatro y la berlusconiana Tele 5. Los enemigos irreconcilliables de repente son hermanos, de sangre, de leche y de bissniss. Dicen que veinte años no es nada, pero visto lo visto parece improbable que la cosa pueda ir a mejor. La España de 2010 debe bien poquito a esas cadenas cuya llegada saludamos con entusiasmo. Lo mismo , o peor, puede decirse de las autonómicas, que encima estamos pagando con dinero de todos. Para nada. Perros fieles de sus señores, puntales para apuntalar el poder.

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