jueves, 21 de enero de 2010

MIEDO A LOS OTROS

Por un lado la solidaridad, tan necesaria siempre, no únicamente tras la devastación y la tragedia superlativa, y por otro esa tendencia al sálvese quien pueda, a que los malos tiempos nos hagan peores, más recelosos, dispuestos a defender nuestro bienestar haciendo de él un coto cerrado para otros. Ahí está Vic, donde está ocurriendo lo que tantos piensan, por más que se encabrone Zapatero, por más que el discurso buenista se contraponga a una decisión que, más allá de la legalidad, una parte importante de la sociedad considera normal y ajustada a los tiempos que corren Pasaron los buenos días en que tan abundantemente corría el dinero del ladrillo y casi todos eran bien recibidos. Los ayuntamientos están con el agua al cuello y muchos se niegan a empadronar ilegales. Es duro, pero no sirve de nada tomar el camino del avestruz. Hay que hablar, debatir , proponer, además de aprovechar para sacar tajada electoral. Lo humanitario no siempre es lo legal, pero en este caso sí.

Con muy pocos días de diferencia he visto dos buenas películas que abordan el problema de la inmigración, la legalidad e ilegalidad, las suspicacias hacía el mundo árabe, la identidad... en Estados Unidos. Amerrika y The visitor son altamente recomendables. El 11-S , y después aquí el 11-M, lo cambiaron todo, y como suele ocurrir, más allá del tópico siempre pagan justos por pecadores. Los menesterosos, los que sólo buscan una nueva vida, libertad, trabajo, futuro, sufren las consecuencias de las acciones de otros.El miedo y la desconfianza se instala en las sociedades que reciben al diferente, y nadie distingue, aunque como dice el protagonista de The visitor, los terroristas, a diferencia de los pringados, siempre tienen dinero y apoyo.

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