HARTURA DE MIRAS
En días como hoy, cuando el suelo de nuestro mundo, nuestra sociedad y nuestras vidas parece moverse frágil , inestable y mal fraguado, como una pésima construcción en tiempos de burbuja inmobiliaria. Cuando la realidad produce tanto vértigo como incertidumbre, se refuerza el desdén y el reproche hacia aquellos a quienes les pedimos altura de miras y solo han logrado provocarnos hartura de miras, entre la frustración , la indignación, el desengaño y esa sensación de que el verbo representar casi siempre deriva en traicionar, de que creamos castas que lo son por sus privilegios e incluso por su impunidad.
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