jueves, 18 de noviembre de 2010

EL UNIVERSO BERLANGUIANO DE INTERES GENERAL

Mientras la Selección Española, ahora "La roja",era estrepitósamente derrotada en la Primera de Televisión española, en la 2, ese canal reinventado para convertirse en referente cultural, y por lo tanto impepinablemente minoritario, dentro de un panorama televisivo en el que la cultura brilla mayormente por su ausencia, recordaban a Luis García Berlanga con la proyección de una de sus más geniales películas. Todo, o casi todo, está dicho sobre Plácido, pero hoy me permito reivindicar que buena parte del universo berlanguiano se declare BIEN de interés general en estos tiempos de desconcierto, falta de brujula y penurias de cash, para que al menos sepamos de dónde venimos, ya que preguntarnos dónde vamos nos puede conducir directamente al desánimo y la melancolia, ahora que son muchos los que en el día a día, de fracaso en fracaso hasta la derrota final, piensan que todo nos conduce al desastre.



Películas como Plácido deberían pasarse en las aulas donde se estudia historia de España, para que quienes no vivían en 1961 sepan cómo era aquel pais en blanco y negro, cutre como la madre que lo parió, donde incluso era posible que se organizase una campaña navideña bajo el lema "Siente un pobre en su mesa". La mirada que Berlanga hace a esas fiestas a las que suele colgárseles calificativos como "entrañables" o "familiares" está entre lo sublime y lo surrealista, pero es que la realidad de aquella españa miserable superaba en cutrez el retrato que hace el director valenciano y austrohúngaro.



Tal como éramos, y al que le joda que se rasque. De allí veníamos, de la cutrez que tendia al infinito, de la caspa y la pobreza a ritmo de villancico e hipocresía social, cuando este pareció convertirse en el pais de jauja, que a Berlanga le pilló un poco mayor aunque si se ocupó de la transición, del tiempo ¿muerto?, del intermedio ya a todo color, en otros títulos geniales. A los espectadores de la 2 ayer nos devolvió al pasado, acompañados de Cassen, que era catalán como Xavi, Piqué y Puyol, pero no tenía para pagar la letra del motocarro multiusos adornado con la estrella que lleva al Portal(una palabra que es muy anterior a nada que tenga que ver con internet), y del resto de los añorados muertos a los que el cine obra el milagro de convertir en muertos vivientes: José Luís López vázquez, Elvira Quintillá, Manuel Aleixandre, josé Maria Caffarell, Luís Ciges, Julia Caba Alba...




¡Qué maravilla!. Poder disfrutar de una mirada tan inteligentemente divertida como la de Berlanga a la tristeza infinita de aquella España en la que la navidad proporcionaba a los pobres la oportunidad de sentirse más pobres que nunca.




JR GARCÍA BERTOLÍN

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