viernes, 11 de mayo de 2012

LOS BANCOS AL PODER, QUE SUS HIJOS YA LO ESTÁN

No pudo ser más oportuno, cuando acabábamos de enterarnos de la esperada victoria de Hollande en Francia y también de que la Coalición de Izquierda Syriza había sido la segunda opción más votada en Grecia. Allí estaba Jordi Evole, con su Salvados, haciéndose el tonto/listo para salvar a algunos de su ignorancia sobre lo que es un pagaré , un descuento bancario, sobre el funcionamiento y financiación del Banco Central Europeo, del que nuestros bancos privados, tan inactivos en su función social como tóxicos en todo lo demás, reciben dinero al 1 % de interés pero en vez de prestárselo a empresarios como ese que fabrica los váteres de plástico que se instalan en los conciertos y visitas del Papa, prefieren comprar deuda pública al 5 o más por ciento. Jugadores de ventaja con ese dinero público que ellos saben convertir en privado y que para nada está contribuyendo a la reactivación económica. “Del Crédito al descrédito”, un buen título para el tránsito hacía una debacle financiera anunciada en un país de pelotazos y burbujas grandiosas, que supo ilustrar de forma excelente y clarificadora un tal Francisco Álvarez, vicepresidente de la Bolsa de París antes de dejarlo todo al acabar de convencerse de que el parqué bursátil era en realidad un casino lleno de ventajistas dispuestos a cualquier cosa. Quedó claro que mientras al ciudadano que no paga su crédito hipotecario se le desahucia de su casa, que el empresario con problemas de financiación acaba por cerrar su fábrica, a las entidades financieras se les ayuda con cantidades ingentes de dinero público en las mejores condiciones, para llegar a la conclusión de que, en realidad, son los bancos los que están controlando a los gobiernos en el actual panorama económico. Desde el hermoso enclave del Laberinto de Horta, sin dejar de rascarse la cabeza ni permitir que ningún concepto (ni ese de I+D+i) quedase insuficientemente explicado para el gran público, el antiguo Follonero dio el salto hasta la pequeña Islandia, que se rebeló contra un sistema financiero que les había llevado a la locura, y también allí encontró una excelente interlocutora, Elvira Méndez, catedrática de derecho europeo, que explicó elocuentemente el proceso que llevó a sentarse en el banquillo al primer ministro de ese país de volcanes, después de que buena parte de la población se negase a pagar las consecuencias de situación injusta. Al final, en ese programa rebelde, casi conseguimos entender con nitidez la diferencia entre deuda pública y deuda soberana. Eso fue antes de que en otra cadena, Antena 3, irrumpiese el descubridor, amigo y mentor de Jordi Evole, Andrés Buenafuente, entrevistando a un triunfito Bustamante obsesionado en caer bien y que le queramos. Sabia a poco, a soso, a renuncia, que no otra cosa parece ser la vida en la tele.

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